El Acompañamiento Terapéutico es un modelo de intervención cada vez más extendido y necesario, aplicable en todas aquellas situaciones, en el seno de un tratamiento, ya sea de gestión pública o privada, donde se requiere una actuación complementaria, cuando se necesita una intervención de mayor proximidad en el entorno cotidiano de las personas, de mayor intensidad y continuidad. El Acompañamiento Terapéutico cumple una función de puente entre el sujeto, la familia y el equipo de profesionales a cargo de la intervención. Articula y complementa el tratamiento, trabajando en el entorno cotidiano, donde se hace necesario un apoyo más amplio y cercano, teniendo en cuenta las particularidades propias de cada persona.
El Acompañamiento terapéutico es un dispositivo que trabaja a través del vínculo beneficiando la mejoría de las condiciones psicosociales de las personas con trastornos mentales. Ofrece cuidados, sostén, rehabilitación y reinserción brindando un sostén afectivo y efectivo a las necesidades psicológicas, sociales y materiales del paciente. Se realiza tanto en el ambiente institucional como en el familiar, interviniendo igualmente en contextos socio-comunitarios, como por ejemplo la calle, los medios de transporte, los ambientes de ocio, los laborales, los educativos, etc. La labor del Acompañamiento funciona en estrecha colaboración y en coordinación con los profesionales de otros ámbitos, como la consulta del psicólogo o psiquiatra, hospital de día, hospital psiquiátrico, trabajador social, etc.
La demanda del Acompañamiento Terapéutico la puede realizar tanto el equipo encargado del tratamiento del paciente, como el terapeuta o la propia familia.
El acompañante terapéutico interviene mediante actitudes y acciones terapéuticas que pueden manifestarse a través de intervenciones concretas, verbales y pasivas. Con estos actos terapéuticos se pretende acompañar al paciente en el proceso de inserción, territorialización y construcción de una cotidianeidad estructurante; de modo que al Acompañamiento Terapéutico se le podría denominar “clínica de lo cotidiano”.